El corazón más hermoso. Graduación. MaMá OriEnta cuenta.

Llegó la graduación, un día de emociones. Dentro de unos meses el cole de mayores. 

Feliz de verle crecer, que va siendo cada vez más independiente, formando su personalidad. Qué continúa con el ciclo de la vida sano, alegre, feliz, fuerte, amoroso...

Triste al ver que ya no tengo un bebe sino todo un niño. Cómo pasa de rápido el tiempo.

Una etapa más a la que pronto diremos adiós y comenzáremos con gran ilusión la siguiente, pero sin duda ésta nunca la olvidaremos.



La graduación, aunque pasamos un calor tremendo, estuvo genial. Hubo sorpresas, canciones, bailes, diplomas, regalos... y alguna que otra lagrimilla.  Superpeque se lo pasó genial y yo feliz de verle a él disfrutar.

Como agradecimiento a todo el equipo de la Escuela Infantil, y en especial a las profesoras de nuestros pequeños, algunas mamás nos atrevimos a contar una antigua leyenda, una leyenda cuyo autor se desconoce, una leyenda de corazón.

Hoy la comparto contigo.


El Corazón más hermoso



Cuenta una antigua leyenda que hace mucho tiempo vivía en un lugar muy lejano una tribu.  Esta tribu tenía la peculiaridad de que sus habitantes eran invisibles a los ojos de la gente y únicamente se les podía ver el corazón.

Un día un hombre joven se situó en el centro de un poblado y proclamó que él poseía el corazón mas hermoso de toda la comarca. Una gran multitud se congregó a su alrededor y todos admiraron y confirmaron que su corazón era perfecto, pues no se observaban en el rasguños, ni manchas... Coincidieron todos que era el corazón más hermoso que hubieran visto. Al verse admirado el joven se sintió más orgulloso aun, y con mayor fervor aseguro poseer el corazón mas hermoso de todos los alrededores. 

De pronto un anciano se acerco y dijo: "¿Por qué dices eso, si tu corazón no es tan hermoso como el mío?" Sorprendidos, la multitud y el joven miraron el corazón del viejo y vieron que, si bien latía vigorosamente, este estaba cubierto de cicatrices y hasta había zonas donde faltaban trozos y estos habían sido reemplazados por otros que no correspondían, pues se veían bordes y aristas irregulares en su derredor. Es mas, había lugares con huecos, donde faltaban trozos profundos. La mirada de la gente se sobrecogió, ¿Cómo puede el decir que su corazón es mas hermoso?, pensaron... 

El joven contempló el corazón del anciano y al ver su estado desgarbado, se echó a reír. "Debes estar bromeando", dijo. "Comparar tu corazón con el mío... El mío es perfecto. En cambio el tuyo es un conjunto de cicatrices y dolor." 


"Es cierto", dijo el anciano, "tu corazón luce perfecto, pero yo jamás me involucraría contigo... Mira, cada cicatriz representa una persona a la cual entregué todo mi amor. Arranqué trozos de mí corazón para entregárselos a cada uno de aquellos que he amado. Muchos a su vez, me han obsequiado un trozo del suyo, que he colocado en el lugar que quedó abierto. Como las piezas no eran iguales, quedaron los bordes por los cuales me alegro, porque al poseerlos me recuerdan el amor que hemos compartido. Hubo oportunidades, en las cuales entregué un trozo de mi corazón a alguien, pero esa persona no me ofreció un poco del suyo a cambio. De ahí quedaron los huecos, dar amor es arriesgar, pero a pesar del dolor que esas heridas me producen al haber quedado abiertas, me recuerdan que los sigo amando y alimentan la esperanza, que algún día tal vez regresen y llenen el vacío que han dejado en mi corazón.  ¿Comprendes ahora lo que es verdaderamente hermoso?". 

El joven permaneció en silencio, lágrimas corrían por sus mejillas. Se acercó al anciano, arrancó un trozo de su hermoso y joven corazón y se lo ofreció. El anciano lo recibió y lo colocó en su corazón, luego a su vez arrancó un trozo del suyo ya viejo y maltrecho y con el tapó la herida abierta del joven. La pieza se amoldo, pero no a la perfección. Al no haber sido idénticos los trozos, se notaban los bordes. 

El joven miró su corazón que ya no era perfecto, pero lucía mucho mas hermoso que antes, porque el amor del anciano fluía en su interior. 


Esta leyenda se la oí contar a una gran narradora,  Paqui Luna, la cual termina la narración diciendo:
Dicen que si escuchas esta leyenda por la noche a la luz de la luna llena, podrás escuchar las cicatrices de tu corazón latiendo con fuerza.

Y tu corazón ¿cuantas cicatrices tiene?






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