Halloween, carnavales, navidad, cumpleaños... y con ellos la locura de los disfraces. Ser por un día o un rato otra persona o personaje.
Pero no a todos les gusta disfrazarse. Si el niño no quiere disfrazarse, hay que respetarle, no le obligues a hacerlo. Puede ser por diversos motivos: miedos, por vergüenza a hacer "el ridículo"...
A partir de los 2 años empieza el juego simbólico, imitan a sus padres, profesores, al médico... por lo que disfrazarse es una buena herramienta para crecer interiormente, para formar su identidad. Además, desarrollan la imaginación y la creatividad. Desde el ámbito afectivo-emocional, los disfraces son excelentes promotores de experiencias, fantasías y de expresar sentimientos.
Pero no a todos les gusta disfrazarse. Si el niño no quiere disfrazarse, hay que respetarle, no le obligues a hacerlo. Puede ser por diversos motivos: miedos, por vergüenza a hacer "el ridículo"...
Lo mejor es que él o ella elija el disfraz para que disfrute lo máximo posible y así querer hacerlo otro día. A lo mejor tan solo quiere ir con un simple sombrero, una simple corbata o ir con la cara un poco pintada, eso es suficiente.
Recuerdo cómo me gustaba ponerme los zapatos de tacón de mi madre, o los zapatos de mi padre. Coger sus bolsos, corbatas... Pintarme con mi hermana un bigote, los dientes... jeje.
Pon los disfraces a la vista y a su alcance para que disfrute con ellos cada vez que le apetezca, no es necesario esperar a carnaval o halloween. Un baúl de disfraces, en un perchero, un hueco en su armario un burro... Disfrazaros juntos y crear historias, inventaros personajes... compartir estos momentos especiales.
Si no eres nada manitas (como yo) y quieres un disfraz económico y único, tenemos la suerte que existe Disfraces Vivaces. Confecciona el disfraz que tú quieras, a medida. Tanto para niños/as como no tan niños/as. Aquí te dejo alguna de sus creaciones. Contacta por facebook.
Y en tu casa ¿soléis disfrazaros?
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